Ésta es una práctica de iniciación, y la he realizado con alumnos y alumnas de quinto y sexto de primaria.
Les he explicado que íbamos a aprender una forma de mejorar nuestra concentración. Yo les iba a ir dando unas indicaciones y voluntariamente podían seguirlas. Quien no quisiera participar podía mantenerse al margen, pero sin hablar ni molestar a los demás.
INTENCIÓN DE LA PRÁCTICA
Se trata de una práctica de concentración, en la que he pedido a los alumnos que presten atención, se den cuenta y cuenten la respiración. Es una introducción a la práctica de la conciencia respiratoria, ofreciendo una primera invitación a conectar con la sensación de sentir la respiración en el propio cuerpo. Esta práctica también ofrece una forma diferente de relacionarse con la experiencia de respirar, notando cómo es, sin tratar de cambiarla o mejorarla.
Es importante tener en cuenta que explorar la propia respiración no siempre es fácil, especialmente para aquellos que sufren de asma o resfriado, donde experimentar la respiración puede ser un poco incómodo o quizá incluso puede que existan memorias sobre la respiración que generan miedo.
ESTRUCTURA DE LA PRÁCTICA
Fui indicando a los chicos y chicas que íbamos a seguir los siguientes pasos:
1º Crear la propia “burbuja”, con las siguientes reglas para ello:
· Crear el propio espacio para la práctica
· No mirar alrededor, no a otras personas
· Ojos cerrados o mirando hacia la mesa
2º Buscar una posición fuerte y estable, pies apoyados en el suelo, espalda y cabeza en línea ascendente
3º Llevar una mano en el pecho y otra en el vientre.
4º Explorar su respiración (cuando el aire entra y cuándo sale, rápido – lento, ¿dónde se siente más?)
5º Comenzar a notar particularmente la inhalación (cuando el aire entra)
6º Contar cuántas respiraciones realizan en 1 minuto. Comenzarán la cuenta cuando escuchen la campana y dejarán de contar cuando la vuelva a escuchar.
7º Al terminar, todavía con los ojos cerrados, reconectar con la sensación de estar en el aula, con las sensaciones de estar rodeados de otros chicos y chicas. Después podrán compartir con su compañero/a cómo fue la práctica. No se trata de si hicimos muchas respiraciones o pocas, no es una competición, sino de compartir si fue fácil, si nos perdimos en la cuenta, qué sensaciones tenías mientras contabas y cómo te sientes ahora.
COMENZAMOS
"Sentados con la espalda recta ve
generando la burbuja para la práctica (espalda recta, pies apoyados en el
suelo, ojos cerrados o mirando hacia la mesa).
Coloca tus manos apoyadas en el
vientre o en el pecho, donde sientas mejor tu respiración.
Ahora, cuando suene la campana, vas a comenzar a contar cuantas respiraciones haces en un minuto. No se trata de hacer muchas, sino de respirar de forma natural, sin forzar ni cambiar la respiración.
Si te pierdes de la cuenta no te preocupes, está bien darse cuenta de que nos hemos perdido, es decir, que por unos instantes dejamos de concentrarnos. Cuando te des cuenta de que te perdiste, con amabilidad y cariño hacia ti mismo vuelve de nuevo a comenzar.
Comienza a contar cuando suene la campana y deja de hacerlo cuando vuelva a sonar.
Gong… Gong…
Ahora puedes ir sintiendo de nuevo tu cuerpo que está sentado en la silla, que está en el aula con todos tus compañeros… Si quieres puedes estirarte un poquito, como lo haces por las mañanas antes de levantarte."