Hoy , cuando escuchemos el
sonido de la campana, voy a invitaros a parar y a seguir unas nuevas
instrucciones.
Gong…
Deja que tu cuerpo pare y
comienza a sintonizar con tu propio cuerpo, con las sensaciones dentro del
cuerpo…
Comienza sintiendo las plantas de los pies sobre el suelo, ¿qué notas? Quizá puedas sentir cómo la tierra te sostiene bajo las plantas de los pies…
Comienza sintiendo las plantas de los pies sobre el suelo, ¿qué notas? Quizá puedas sentir cómo la tierra te sostiene bajo las plantas de los pies…
Ahora nota también el contacto
con la silla (si están sentados/as), a lo mejor puedes sentir en las zonas de
contacto con las silla sensaciones de presión, cosquilleo, hormigueo…
Ahora deja que la atención se
expanda a todo el cuerpo que está de pie/sentado aquí en este preciso momento.
No se trata de cambiar nada si no de estar unos instantes contigo, con una
atención amorosa a ti misma/o. Sabiendo que en este instante no hay nada que
hacer, tan sólo ser… tu cuerpo es tu casa, tu verdadero hogar… ese lugar que
habitas tú solo y que puedes sentir con suavidad y amabilidad.
Ahora sintoniza con tu
respiración y mira a ver dónde la puedes sentir con mayor facilidad, quizá en
las fosas nasales, en el pecho o en el vientre. Déjate sentir tu respiración
aquí y ahora, cómo tu cuerpo toma aire y lo suelta de forma natural, sin que tú
tengas que hacer nada, sólo date cuenta de cómo tu cuerpo respira por sí mismo…
Ahora poco a poco vuelve a esta
habitación, donde estás sentado/se pie, rodeada/o de tus compañeros/as.
¿Cómo ha sido tu experiencia?
¿En qué momentos podemos hacer
esta práctica? Momentos de espera como en la cola del comedor, en la fila antes
de entrar a clase o en la cola del autobús… También mientras esperamos
sentados/as para comenzar a comer, mientras viajamos…
La idea es que la campana forme parte de la vida del aula y que, cuando
ya tengan cierta experiencia con esta práctica, el profesor/a enseñe a los
niños/as a despertar la campana para que cualquier miembro del grupo pueda
despertarla siempre que necesite un poco de silencio y quietud interior o
siempre que sienta que el grupo lo necesita.
INTENCIÓN DE LA PRÁCTICA
Esta práctica nos ofrece la
posibilidad de simplemente parar y ser. Nos invita a salir del piloto
automático, de la prisa, para entrar en la posibilidad de ser. Se puede hacer
sentado, de pie o tumbado, con los ojos cerrados o abiertos.
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